30 de marzo de 2007

Hasta pronto!


Llevo varios meses dándole vueltas a una idea, creo que ya he contado algo por aquí. Hay días en la que no la veo posible y otros en los que la siento tan real como esto que estoy escribiendo.

He dicho por activa y pasiba a todo aquel que me ha querido escuchar, que este es mi año. Tras unos que quisiera olvidar por completo, estoy totalmente convencida que este 2007 va a ser uno muy bueno. Me lo dice el corazón.

Sí es verdad que hay días en los que ni puedo moverme de la cama, que quisiera hacer desaparecer todo lo que hay a mi alrededor y a mí misma. Pero creo que no me lo merezco.

He comprobado que lo malo, lo triste viene andando solo y llama a tu puerta, pero ¿y si no doy dirección? pensé una vez. Da igual, te encontraría allí donde estuvieses.

Por eso he decidido ponerme el traje de guerrera. El camino no será fácil ni corto, pero me da igual. Dejaré hasta la última gota de mí si fuera necesario, la piel, las uñas o lo que haga falta.

Pero como en toda lucha, habrá bajas. Y este rinconcito será una de ellas. Durante unos meses me ha servido de desahogo (no todo) he contado mis historias y mis cosillas. Y ahora me veo en la necesidad de bajar la persiana, pero sólo un poco.

No es un adiós definitivo, volveré...

24 de marzo de 2007

"WANTED": bollo de leche, no muy tostado, 30cm,aprox.

Hoy me ha pasado algo verdaderamente extraño. Es una anécdota más que otra cosa, pero aún sigo dándole vueltas al tema.
La situación es la siguiente: esta noche, al igual que todas las noches, disponía a hacerme la cena cuando al abrir el armario donde guardo el pan me he encontrado con el hueco, del pan, me refiero. El bollito había desparecido. He mantenido la calma, dicen que es lo mejor en estos casos, y le he preguntado a mi madre si ella se lo había comido ( es la única persona que come pan es esta casa, porque el gato ni es persona ni come pan, lo digo como aclaración), a lo que me respondió que no. Pensé que no lo había comprado, muchas veces me pasa eso ( y a todo el mundo) de creer que has hecho algo y luego no, como por ejemplo, recorrer toda la Sabana Africana montada en una avestruz (todo el mundo sabe que no es posible eso. Las avestruces no saben cómo ir a la Sabana Africana). Pero en este caso sí recordaba haberlo comprado por la mañana y, digo más, recuerdo haberlo guardado en el mueble. Así que ha comenzado una espiral de desasosiego y angustia en todo mi cuerpo y mi estómago, que reclamaba ya su ración. He abierto cajones, puertas y ventanas buscando mi bollito de leche que había comprado con tanto amor.
Pero la búsqueda ha sido frustrada y sin éxito. Mis neuronas han patinado más de lo normal porque el bollito lo guardé en ese armario, no estoy loca ni nada por el estilo.
Así que no me ha quedado más remedio que pensar en algo impensable y doloroso para mi (y para mi estómago): el bollito había sido raptado. Sí, es la única teoría posible, a menos, que Iker Jiménez confirme la existencia de agujeros negros en los armarios de mi cocina, caso poco probable, puesto que Iker Jiménez no conoce mi cocina.

He tenido que cambiar el menú con bastante pena y desconcierto y he pensado llenar el pasillo con papeles, ofreciendo una compensación de un sobrecito de te a quien me lo devuelva sano y sin mordeduras ni enmiendas, pero creo que eso ya será tarde. Seguro que mi bollito estará en otra dimensión, desconocida para los humanos, y será feliz.
Eso es lo único que me reconforta.

21 de marzo de 2007

Ya es primavera en su estación de esquí

Ya es primavera! Y quién lo diría viendo media España cubierta de un manto de nieve de más de dos palmos. Tengo la sensación cuando veo la tele de que en cualquier momento saldrá un anuncio de mazapanes o de cava. Y es que esto no es normal. Este clima es más propio de diciembre o de enero, que de marzo.
Cuando ya tenía el abrigo y las botas guardadas en el altillo del armario, tengo que volver a sacarlo todo otra vez con bastante fastidio. Ves el sol y te alegras pensando en las tardecitas que me esperan y que tanto me gustan, pero nada más lejos de la realidad. Asomas la cara a la ventana y el frío te la congela, otra vez.
En la tele hablan del cambio climático, el hombre del tiempo dice que esto es una borrasca del norte de Europa y que pasará el jueves y mi madre sostiene la teoría de que todo es por mandar “cosas” para allá arriba.
Yo no sé qué pensar porque el frío, por poco que sea, adormece mis neuronas, mis pensamientos, mis movimientos y todo ejercicio que requiera despegarse de la estufa.
Me duele la garganta y sólo me apetece estar en la cama tapada con las mantas hasta las cejas y con el pijama de franela.
Desde aquí pido que me devuelvan el solecito YA!!!!

12 de marzo de 2007

Promociones, ¿dígame?

Hay momentos en los que crees que las cosas que te rodean merecen la pena, que los agobios, los problemas, los días de estrés son recompensados con unas risas y unos abrazos sinceros al pasar el tiempo. Una comida se llena de recuerdos, de risas cómplices y de vivencias que en la distancia de los meses hace olvidar los momentos tensos en el trabajo. Es cierto que la lejanía hacer ver y sentir lo vivido de una manera algodonada y dulzona, sacándole sólo lo bueno. Pero por esta vez los aderezos acolchados no cumplen su función. Los recuerdos son buenos y las personas aún mejores.
Ahora me pregunto qué hubiera sido de mí sin ellos, cuántos momentos me han ayudado tranquilizándome con una sonrisa y un gesto de aquí no pasa nada. Eso no se paga ni con una comida ni con todo el oro del mundo. Por esos bueno momentos que pasamos, y por los que aún nos quedan, va esta entrada.
Podríamos decir que lo nuestro fue amistad a primera vista, y es que entender el endiablado mundo de un t.p.v o hacer un curso sobre la espalda une a cualquiera, (verdad Laura? Si hay cosas inservibles eso es una de ellas).
Lo dicho, no tiene precio el buen hacer de estos niños, sin los cuales dos meses no hubiesen sido lo mismo, porque hubieran sido huérfanos de risa.
Nadie sabe su destino, pero creo que el nuestro se separará en un tiempo (si no hay nada que lo impida), pero sólo el laboral, el otro lo estoy revistiendo de hormigón armado, para que no se separe nunca.

10 de marzo de 2007

Caracol, caracol, saca los cuernos al sol...


Vaya, ha salido el sol ¡por fin!. Bueno, lleva varios días fuera, pero quería comprobar que no era nada pasajero, y por lo visto, esto va para rato. Y es que ya nos lo dicen los anuncios de grandes almacenes, sí, esos que todos sabemos, que ya es primavera. En realidad, es otra publicidad engañosa, como tantas que salen por la tele, porque la primavera no es hasta el 21 de marzo. Pero bueno, ellos ya la van vendiendo con sus colores claros y sus estampados de flores.


Después de los días de lluvia, del frío y de los tropecientos jerséis que tengo que ponerme para no morir de frío, el solecito es lo mejor que hay. Y es mejor para todo: para salir, para ir a comprar al super, para ir a renovarte el D.N.I ... sí, sí. Y lo digo muy en serio. No haces las cosas con la misma alegría si está lloviendo que si hay sol. Está demostrado por alguna universidad en Massachussets o Birmingham, seguro. Me estoy dando cuenta que soy un poco como las lagartijas, lo que más me gusta en estos días es levantar la persiana y quedarme quietecita al sol. Ayy! Pero qué bien se está! Este sol es el perfecto porque calienta lo justo, no como el sol de verano, y da una luz preciosa para pintar al aire libre, para leer en la butaca del rincón el último libro que me he comprado, para hacer mil fotos a las nubes, a las flores amarillas que salen por millones en el campo...
No necesito estufas, ni lámparas por muchas horas, ni tengo que ir vestida como una cebolla para no congelarme del frío. Y es que todo es mejor y más bonito.

Lorenzo me deja en estos días hacer algo que me encanta: pasear. Pasear y perderme, si en este pueblo eso fuera posible, pero bueno es lo que hay por el momento, ya vendrán otros lugares, ¿o iré yo a ellos?
Los planes, los sueños, las ilusiones se ven más realizables y más posibles. El sol me da vida, me pone feliz y me hace canturrear canciones sin ton ni son, pero ¡qué más da!


Casualidades de la vida, en la radio está sonando esto:


Huele a aire de primavera
Tengo alergia en el corazón
Voy cantando por la carretera
De copiloto llevo al sol...


Jeje, esto es cierto, eh! Las casualidades no existen ... (...o sí)