**UN LUGAR PARA EL OLVIDO**

Hace calor, muuucha calor, como en casi todo el país, pero si trabajas el calor es como si te pesara una tonelada más sobre tu nuca, en algunos momentos creí el coche se iba a derretir con tan sólo meter la llave. En fin, lo propio en estas fechas. El único refugio que encuentro es mi casa. Cada vez que salgo y todo a mi alrededor se achicharra bajo de un sol de ¿justicia? (¿acaso eso se puede llamar justicia?) pienso en volver al fresquito que milagrosamente hace en mi piso. Mientras voy por la carretera para ir a trabajar me imagino cómo sería la visión del paisaje, si en vez de mar de olivos, se convirtiera en mar de verdad, de agua salada. Ohhhh! me emociona el pensarlo! Tanta agua, fresquita, la brisa, el olor a mar...... y con lo único que me encuentro al abrir los ojos es al conductor que viene detrás pitándome como un loco, porque voy circulando por en medio de los dos carriles y campo, campo, campo amarillento y seco. Por eso he prometido no ir a trabajar más en verano para no tener que imaginarme el mar mientras voy conduciendo con los ojos cerrados

Era tan interesante lo que estaba escribiendo que mi gato no pudo más. Espero que esto no sea generalizado y sólo le pase a él cuando me oye teclear sin ton ni son.

Yo no quiero un amor civilizado

con recibos y escena del sofá

yo no quiero que viajes al pasado

y vuelvas del mercado con ganas de llorar.

Yo no quiero vecinas con pucheros

yo no quiero sembrar ni compartir

yo no quiero catorce de febrero,

ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas

yo no quiero que elijas mi champú;

yo no quiero cambiarme de planeta,

cortarme la coleta, brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tardee;

yo no quiero comlumpio en el jardín;

lo que quiero corazón cobarde,

es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas

y matarme contigo si te mueres;

porque el amor cuando no muere mata

y amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana

no me pidas llegar a fin de mes;

yo no quiero comerme una manzana

dos veces por semana sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero

yo no quiero besar tu cicatriz;

yo no quiero Paris con aguacero

ni Venecia sin ti.

No me esperes a las doce en juzgado

no me digas "volvamos a empezar"

yo no quiero ni libre, ni ocupado

ni carne ni pescado, ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste

yo no quiero contigo ni sin ti;

lo que quiero muchacho de ojos tristes

es que mueras por mí.

Sencilla, divertida, ingenua y no sé si con alguna intención me hizo sonreir y pensar que lo malo no era tal y que quizás el azar o el destino, en uno de sus muchos caprichos, vuelve a cruzar el camino.

El otro día leí por algún sitio una entrevista-encuesta en la que querían saber cuáles eran las doce cosas sin las que podría vivir el entrevista-encuestado. La verdad, eran un poco típicas-tópicas, familia, música, amigos, pero al final son las primeras que todos decimos casi sin pensar. Pero y si, a parte de esas típicas, dijeramos las otras doce sin las que tampoco podemos vivir.

Bueno, ahí van mís doce más:

* sin internet, es mi droga. Creo que si esto va a más, iré a ver a un curandero o algo (de los médicos no me fío)

* sin el olor a aguarrás, hay algo en mí enfermo, lo sé, pero desde que estuve en BBAA ese olor despertó una parte de mí oculta, que inquietantemente me relaja......

* el tacto de la plastilina, tengo una bola por ahí que siempre tengo que sobar hasta que se me colorea la mano

* la Nocilla, me como un vasito en un abrir y cerrar de ojos, eso sí, sin pan

* sin mi pelo largo, perdería la fuerza como Sansón en "Sansón y Dalila"

* llegar tarde a casi todos los sitios, el día que llegue puntual a algún sitio, que no sea el trabajo, ese día unos alienígenas habrán abducido mi persona

* sin el orden-desorden, necesito ver que todo está hecho unos zorros para ponerme a ordenarlo,

*el vaso de leche antes de acostarme, es lo que más me gusta para sentirme otra vez una niña!!!!

* tocarme el pelo, eso ya lo he dicho antes???

* sin preguntarme si lo que hago está bien o no, aunque eso a veces puede ser un problema

* sin el sol, su luz, su calor... soy del sur!

* sin saber que no hay nadie al otro lado del teléfono

Os animo a que escribías vuestras doce cosas sin las que podriaís vivir, es divertido!

Volví de Barcelona con una maleta cargada de alegría, risas, amigosy muchos deseos de volver. Fue el viaje más largo y más corto, a la vez, que recuerdo, pero no me importaría volver a repetirlo. De Barcelona vi lo justo, desde el avión y cuando pisé tierra poco más. Pero no me importó, prometí volver, se lo dije a la gente con la que estuve: esta ciudad es preciosa, y eso que no le he visto, pero es algo que siento desde el corazón, y éste no me falla nunca.

Sigo trabajando donde antes, me siento bien, no es lo que quiero para el futuro, pero mejor que estar encerrada en casa es. Sigo con mis sueños y mis ilusiones, esos nunca los voy a perder, ahora tengo más fuerzas y más ganas para realizarlos, y por qué no, más dinero. En breve, vereís algo por aquí de lo que voy a hacer, de momento lo guardo en una carpeta.

Mi estómago me dice que las cosas van a salir bien, que me esperan grandes momentos, lo presiento. De momento, estoy leyendo "El corazón helado" de Almudena Grandes, es un libro precioso lleno de sentimientos y con unas descripciones que merece la pena reseñar. Me tiene enganchadísima, lástima no tener más tiempo para leer, los pocos momentos que me puedo permitir cuando salgo de trabajar son verdaderamente una gozada.

Hace calor en Jaén, un calor sofocante que irrita a la gente más de lo normal. Todo está subido de volumén, los coches, la música, la gente habla más a gritos de lo normal y también protesta más de lo normal. Los mosquitos también están más peleones, pero no se me resisten. Esta noche les he declarado la guerra después de tres picaduras. Entre mosquito y mosquito, escucho Radiohead y Vangelis, no tienen nada que ver, ¡pero me gustan por igual! Lástima no poderlos escuchar en el trabajo.

Ahora me despido hasta otro momento que pueda arañar de las pocas horas que me quedan libres y con la mente clara. De momento, seguiré escuchando "Irlande", de Vangelis, creo que es la canción más bonita que he podido escuchar.