23 de abril de 2008

sin título


Pensar que todo sale mal no es un pensamiento muy acertado pero es el que hay. Si piensas que las cosas pueden ir bien cuando se vayan las nubes, puedes tener algo de esperanza guardada en ese cajón, pero cuando se despeja el cielo tú sigues sumida en una atmósfera gris y axfisiante. Hay días malos y días peores, últimamente estoy mucho en uno de éstos. Propongo levantarme, tener ánimo para hacer ésto o lo otro pero hay algo que me paraliza, que me llena todo de un humo espeso y me lanza contra el sofá. Ahí me quedo sin saber qué hacer, hacia dónde correr y escapar de todo esto que me está vaciando por dentro. ¿A quién pedir una mano? No hay nadie ahí fuera.
Con los años me convertí en la reina del disimulo, de los ojos fríos que no muestran más que lo que se debe mostrar, ¿para qué más?. En días "especiales" como estos fantaseo con dormir días enteros, meses enteros y años enteros... Sería todo tan fácil.
Hay enfermedades que son como el aire, nadie las ve y te van consumiendo por dentro sin tener diagnóstico ni cura. Te quitan las fuerzas, la risa y las ganas de seguir. Y a mí ya me está quitando demasiado.
Sólo me queda aguantar, esperar que las fuerzas vuelvan ( si es que vuelven ), volver a reconocerme en un espejo, y esperar. Esperar a no quebrarme.

12 de abril de 2008

Quién me ha robado el mes de abril


Salir a la calle es como volver al mes de diciembre, pero de hace cuatro o cinco años, porque hace ya que no vivimos un diciembre como Dios manda, vamos con frío. Ahora las temperaturas bajan a 7 u 8 grados, aquí, en Jaén, en otros sitios nieva y esas cosas propias del mes de abril. Dicen que es el cambio climatico, yo ya paso de pensar por qué sucede todo esto. Eso sí, no ayuda a mi estado de ánimo para nada. Necesito sol para salir a darme una vuelta y pensar, pero con este tiempo no me apetece. Si pudiera, estaría llorando todo un día hasta que se reblandecieran las baldosas del salón, pero no me sale. Si tuviera la costumbre de ir a correr ("ir a correr" es hacer ejercicio pero el doble, qué cosas!) agotaría mis fuerzas. Si utilizara la pintura como desahogo gastaría todos los tubos de óleo. Pero nada de eso lograría reconfortarme.

Las prisas, el trabajo, el estrés y madrugar hacen que la vida la vivas sin vivir. Tu tiempo se esfuma en favor del tiempo de otro. No existe el pensar, existe el actuar. Pero si ya no hay esas prisas, todo adquiere una dimensión diferente, otro color, como si la perspectiva de tu realidad cambiara el punto de fuga.
Quizás lo que creías sólido se vuelve de plastilina, lo fuerte cambia a flojo y lo que llenaba tu vida empieza a vaciarla. Todo adquiere una relatividad turbadora y dolorosa en la que se empieza a perder el equilibrio y la orientación.
Me he puesto un límite: la semana que viene tomaré una decisión. Otra más, pero ésta sé que será la definitiva.

10 de abril de 2008

La Teta