Llevo tiempo buscando mi sitio en el mundo, en la vida, con la gente, en la cola de la charcutería... y me he dado cuenta en todos estos años que no es algo que se elija de la noche a la mañana, no por lo menos en mi caso, más bien, es algo que va creciendo poco a poco, que madura y que cuando está preparado empieza a asomar la cabeza. Igualito que un embarazo, con la diferencia que yo no voy a tener un hijo, de momento. Pues ahora, puedo decir, que estoy de parto. En lugar de en el vientre, mi “hijo” está en la cabeza y en las manos y sobre todo en el corazón. Porque yo hago las cosas desde el estómago y desde el corazón, sino no me salen. Tengo ganas, fuerza y mucha, muchísima ilusión, y puede que no salga a la primera, o sí. De todas formas, no voy a tirar la toalla, no voy a rendirme porque sé que este es mi año, me lo dice el corazón. Y porque soy muy cabezona!!!!