8 de agosto de 2007

Dormir o pensar

Creo que este es uno de los atardeceres más bonitos que he visto desde mi casa, o por lo menos eso me lo parece a mí. O quizás sean las tres horas de siesta que me pegué el otro día. No se puede dormir tanto porque luego te despiertas como si te hubiera crecido la cabeza veinte centímetros.
Trabajo de mañanas y toca madrugar, cómo odio el despertador! Luego estoy todo el día bostezando y deseando que llegue la tarde para dormir, soy la pescadilla que se muerde la cola, o la marmota que se muerde la cola. Mis neuronas, perezosas y flojitas como siempre, no pueden pensar nada con lucidez, y por eso escriben cosas como ésta, sin sentido ni olor.
Sólo quiero dormir un rato más por la mañana, acaso pido tanto????