21 de enero de 2007

Qué tendrás en la cabeza


Después de casi un mes sin poder acceder a mi cuenta blogger por extrañas razones, a las que aún no he encontrado respuesta, vuelvo. Hubiera preferido que mi ausencia hubiera sido porque me hubiera tocado la lotería, pero es lo que tiene haber perdido toda la fe en que algún día me toque. En fin, están los que nacen con estrella y los otros, los que se lo tienen que currar duro.

Si tuviera que resumir este mes en pocas palabras, sencillamente no podría. Soy de muchas palabras, en ocasiones, demasiadas, pero es lo que hay. Y, además, ¡qué ha sido un mes!. Las navidades, cansinas y empalagosas como todos los años, el año nuevo que empieza y con él propósitos y promesas que nunca se cumplen, lo típico. Yo he cumplido 25. Buff, la gente me dice que ya son añitos, pero yo me empeño en demostrar que no, sigo siendo la niña con coletas que nunca fui. Cómo disfrutan jodiéndote el cumpleaños con sus neuras acerca de la edad. Pero les pongo mala cara y dejan de darme el coñazo con lo de “echarme” un novio y casarme. ¡Qué se te pasa el arroz!, me dicen. ¿Quién coño controla eso del arroz?, lo pregunto porque me gustaría que el mío se lo guardara donde más le guste. Ya lo he dicho, sólo lo dicen por joder.

Y poco más, que vuelvo a la cola del paro, que escuchar canciones que no escuchaba hace muchos años me activa la memoria y me devuelve un poco la ilusión de aquellos años, que tengo un viaje pendiente a Barcelona que no sé cuando podré realizarlo y que la imagen que encabeza esto la realicé hace años y se ha convertido en mi talismán. Un día una amiga la miró muy extrañada y me dijo: qué tendrás en la cabeza.

En fin, este año es el mío.