- Ringg, ringgg. Son las siete de la mañana, es veinticinco de febrero y ...-
La voz mecánica del aviso del despertador me sobresaltó esta mañana tanto que el corazón creía que se iba a salir. Apenas había podido dormir la noche anterior, estuve dando vueltas en la cama sin poder cerrar los ojos hasta la desesperación. Maldito café, no volvería a probar ni una gota en lo que me quedara de existencia. Cuando por fin logré poder dormir sonó el despertador, no podía ser verdad.
La voz mecánica del aviso del despertador me sobresaltó esta mañana tanto que el corazón creía que se iba a salir. Apenas había podido dormir la noche anterior, estuve dando vueltas en la cama sin poder cerrar los ojos hasta la desesperación. Maldito café, no volvería a probar ni una gota en lo que me quedara de existencia. Cuando por fin logré poder dormir sonó el despertador, no podía ser verdad.
Quiero seguir durmiendo, hace frío. Todo está demasiado oscuro, las luces de la calle deberían estar aún encendidas, creo que es de noche. Sí, es de noche. ¿Qué hora será? No puedo oír ningún ruido, ni pasos ni nada. Puede que aún siga durmiendo. Pero no, sé que estoy despierto. Tendría que levantarme, es muy raro esto. Las piernas me pesan como si soportaran una losa de cemento. Tengo que hacer el esfuerzo a pesar del dolor. No puedo, no puedo mover las piernas... ¡Dios!, ¿que me está pasando? ¿Estaré durmiendo aún?