... eso era lo que decía una canción, si no recuerdo mal, de Concha Velasco. La letra no voy a escribirla entera por dos razones: porque no me la sé (y no tengo intención de aprenderla) y porque sólo me sirve la primera frase de la tan conocida canción, lo demás, me da igual.
A lo que iba. A mi esta canción no me marcó ninguna etapa de mi vida ni siquiera me he querido dedicar al mundo del espectáculo, dada mi poca gracia en el bailoteo y en la canción. Soy así, una persona que baila y canta para dentro. ¿Reservada? ¿Seria? ¿Aburrida? Nada de eso. Mucho sentido del ridículo (quizás demasiado, o no. No lo sé).
El caso es que me daba mucha envidia escuchar como esta alegre, y joven, Concha (si era ella) sabía perfectamente que quería hacer con su vida los próximos treinta, cuarenta o cincuenta años.
Siempre me pregunté cómo puede saber alguien lo que quiere ser en la vida. Un día te levantas y dices: quiero ser otorrinolaringólogo. O es más un sueño revelador y premonitorio de esos en los que te ves dentro de veinte años ejerciendo alguna profesión. En este caso, ¿te reconoces a pesar de estar envejecido veinte años. ¿Y Juan Antonio Roca, cómo se vería? ¿Cómo preso o como ladrón hortera? Bueno, esto es para dedicar todo un apartado.
El caso que a mí eso de elegir mi profesión siempre me causó mucha angustia. De hecho, después de pasar los años, en los que se supone, tienes que decidir qué carrera estudiar o qué carajo hacer, me sigue causando angustia. Me desequilibró hasta el punto que no quería que nadie me preguntara por lo que iba a estudiar. ¿A quién le importaba eso? Era persecutoria la preguntita. Pero no lo sabía. Estaban los que te aconsejaban que estudiases una carrera con “salidas”. Al escuchar esto me pregunté: ¿tengo que estudiar la carrera con tías calentorras? Me pareció un poco raro, pero luego me explicaron que no. Se referían a buenas salidas profesionales. Ahhh, me quedé más tranquila. Pero aún estoy esperando a que se imparta en alguna universidad esa carrera. Luego me dijeron: tienes que estudiar la carrera según tus gustos, ¿a ti qué te gusta hacer? Con dieciocho años me gustaba pensar en las musarañas (tonterías, vaya). Pero me dijeron que Licenciatura en Pensamientos Musarañiles no existía, todavía.
El caso que a mí eso de elegir mi profesión siempre me causó mucha angustia. De hecho, después de pasar los años, en los que se supone, tienes que decidir qué carrera estudiar o qué carajo hacer, me sigue causando angustia. Me desequilibró hasta el punto que no quería que nadie me preguntara por lo que iba a estudiar. ¿A quién le importaba eso? Era persecutoria la preguntita. Pero no lo sabía. Estaban los que te aconsejaban que estudiases una carrera con “salidas”. Al escuchar esto me pregunté: ¿tengo que estudiar la carrera con tías calentorras? Me pareció un poco raro, pero luego me explicaron que no. Se referían a buenas salidas profesionales. Ahhh, me quedé más tranquila. Pero aún estoy esperando a que se imparta en alguna universidad esa carrera. Luego me dijeron: tienes que estudiar la carrera según tus gustos, ¿a ti qué te gusta hacer? Con dieciocho años me gustaba pensar en las musarañas (tonterías, vaya). Pero me dijeron que Licenciatura en Pensamientos Musarañiles no existía, todavía.
Nadie supo como orientarme a estudiar algo que me gustase realmente. Al final, estudié algo que no me llegó a gustar demasiado. De hecho, no me acuerdo de casi nada. Y me dediqué a pensar esto o aquello. A querer hacer muchas cosas y luego hacer pocas y mal.
En fin, no soy ningún ejemplo a seguir por nadie, la verdad. Pero intento ser buena gente (aunque esté mal decirlo) y sigo buscando “eso “ a lo que dedicarme.
Se aceptan dedicaciones o dedicatorias.