Estoy nerviosa. El pulso lo tengo acelerado y no puedo pensar con claridad nada. Tanto es así, que no sé qué carajo estoy escribiendo. Apesar de eso, sigo dándole a las teclas sin ton ni son. Es lo que tienen los dolores del parto, que no puedes hacer nada más que parir. Que no es poco, oiga. El caso, es que este día es importante (por lo menos para mí, no sé si para usted. Y le trato de usted, porque quizás aún no tenga el gusto de conocerle, o sí). Es el nacimiento de esta cosita (aún por definir lo de cosita) a la que todo el mundo le llama blog (y que es como muy cool, osea) que no sé si me saldrá buena o dentro de unos años se rendirá en los brazos de la mala vida: el sexo y las drogas (¿quién me ha dicho que eso es mala vida?). Sea lo que sea y salga como salga, yo lo querré igual. Porque eso es lo que hacen las madres. Y yo, sin haber conocido varón, ya soy madre.